Cuando me enteré de esto me pareció realmente heavy.
Un 73% de personas que viven solos o en familia no se sienten a gusto en su casa. Y lo más preocupante:
Creen que necesitan más dinero y por tanto más espacio para decorarla mejor o poder vivir en una casa más grande. Y esto independientemente de que la casa sea suya (en propiedad) o alquilada.
Es increíble que, además, toda esta gente está convencida de que sería más feliz si tuviera la casa de sus sueños.
Bueno, pues por si eres de esos o esas o eses:
Tu casa no va a darte la felicidad.
Ninguna cosa material o experiencia va a dártela. Lo que sí puede hacer el hecho de que te sientas a gusto en tu casa es facilitarte la vida:
- Sentirte a gusto en tu casa te aportará cierta sensación de sosiego, de recogimiento y de refugio.
(Ojo, he dicho sensación.)
- Una casa con el equilibrio que tú y tu mente necesitáis favorece el proceso creativo; el proceso que necesita tu mente para encontrar buenas soluciones a problemas.
El proceso creativo (de crear), al igual que ocurre en el resto del universo, solo se da cuando aparecen condiciones de perfecto equilibrio entre orden y caos.
- Y por supuesto, para que una casa sea adecuada y proporcionada para ti, tiene que regalarte tiempo, no quitártelo.
¿Es importante en tu vida una cama con 25 almohadones?
¿De qué te sirve tener un jardín si no tienes tiempo para cuidarlo?
¿Para qué quieres un salón de 40 metros si no te va a dar la vida para tenerlo limpio?
Una casa debe ser acogedora, según tus gustos, pero sobre todo DEBE REGALARTE TIEMPO, no ocupártelo.
Si la jardinería o la limpieza son actividades que consideras relajantes y que te permiten despejarte, fantástico. No te ocupan tiempo, te regalan tiempo de calidad.
Pero si lo que a ti te gusta es salir en bici, jugar a padel, o irte de birras y “no te da la vida” es evidente que soñar con vivir en una casa más grande con jardín no es para ti.
Ahora bien, ¿cómo encuentro este perfecto equilibrio?
Aquí es donde entra el decocoaching.
¿Qué es el decocoaching (deco-coaching) y para qué sirve?
Decocoaching es lo que yo hago para sentirme a gusto en mi casa.
Mira,
es importantísimo que tu casa te facilite la vida, pero para sentirte a gusto en ella solo necesitas un ingrediente: que te represente.
Y para que tu casa te represente y la idea te haga gracia, necesitas 2 cosas:
1- Conocerte bien.
2- Gustarte a ti mismo-a.
La definición aburrida es esta:
“Técnica decorativa que pretende conseguir que conectes con tu casa”. O mejor dicho, tu hogar.
Consigue que sientas tu vivienda como un espacio de refugio y paz y relax.
Lógicamente, si convives con gente, esa gente también tiene que contribuir a esa sensación la mayor parte del tiempo.
Otra cosa es que vivas de alquiler y te tengas que tragar los muebles horrendos del propietario. Esto es otra historia que, por supuesto, también tiene solución.
¿Y la decoterapia?
La decoterapia utiliza elementos decorativos para mejorar tu estado de ánimo.
Utiliza filosofías sobre la energía (como el feng shui), usan colores, muebles de un estilo o material determinado, etc.
Como canales principales para producir en ti un determinado estado de ánimo usan 5 elementos básicos:
1- LUZ: Porque todo el mundo sabe que la luz natural transmite bienestar y tranquilidad, pero no solo eso: es fundamental para la concentración.
—¿Qué hago si en mi casa no tengo luz?
Quedarte tranquila porque tu felicidad no depende en absoluto de la luz natural que tengas en tu casa. Antes hay mil factores determinantes antes que el hecho de que tu casa tenga o no luz (deporte, vida social, calidad de sueño, contacto con la naturaleza…)
Pero lo que sí puedes hacer para facilitar la luminosidad natural es poner espejos, usar tejidos naturales muy claros, paredes blancas, y poner muebles con maderas claras.
2- APERTURA VISUAL: Los espacios que te permitan sacar la cabeza a respirar…¿humo de los coches?
Bueno, pues a que te entre algo de vitamina D por los poros de la piel. Son los huecos que te conectan con el exterior (balcones, ventanas…).
Es importante que esas ventanas, balcones o terrazas te llamen aunque sea a sacar la cabeza por el hueco de vez en cuando. Si además dan a la calle o a espacios comunes, te animo a que animes a los demás dejando tu balcón como un patio andaluz.
No es lo mismo esto que esto.
Puedes hacer lo segundo prácticamente gratis. Vete a Pinterest y en un par o 3 de pines lo tienes, si eres medianamente “apañao”.
3- COLOR: Los colores, al igual que los olores, inspiran sin darnos cuenta. Pero saber utilizarlos a tu favor es más complicado.
Hay a quien, como a mí, los tonos blanquecinos le transmiten mucha paz, pero hay otros a los que les parece aburrido o deprimente porque les recuerda a un hospital. O peor, a un manicomio.
Tampoco es lo mismo unos cojines con tonos verde fosfi, que una pared entera. Si te gusta el verde fosfi, probablemente los cojines te resulten alegres, pero una pared entera te dé ganas de salir corriendo.
4- PLANTAS: Las plantas te conectan con la naturaleza, es una manera pobre de estar más cerca de algo natural, pero si vives en el centro de una gran ciudad es lo que te toca. Mejor eso que nada, porque está más que demostrado que cuanto más verde, menos probabilidades de sufrir ansiedad, depresión y otros trastornos mentales relacionados.
Las plantas transmiten energía positiva a cualquier lugar. Hay quien asegura que les aporta incluso compañía. Y si no tienes espacios exteriores, razón de más para que a tu subconsciente le parezca que lo tienes.
Pon una(s) planta(s) en tu vida y responsabilízate de cuidarla. Algo cambiará sin que tú te des cuenta.
¿El qué? No lo sé.
Prueba llenar tu balcón de flores y verde y en unos meses me cuentas.
4- ORDEN: Entramos en arenas movedizas.
Mira, lo mío con Marie Kondó es una especie de amor odio. Me gusta esa filosofía que de alguna manera llama al minimalismo.
Pero recuerda que los seres humanos estamos programados para solucionar problemas.
Y para encontrar buenas soluciones necesitamos de la creatividad.
Y para que surja la creatividad debe haber un equilibrio entre orden y caos.
Hay a quién las fotos de revistas de decoración les produce paz.
Es porque los muebles y su distribución tienen un discurso constante, hay materiales naturales y hay «huecos».
*No vale excusarse en que te he dicho que está bien cierto desorden. En el momento en que tengas que perder tiempo de tu vida ordenando durante una hora, limpiando cacharritos, o buscando cosas que has perdido, es evidente que no hay equilibrio.
¿Cómo aplicar técnicas de decocoahing o de decoterapia a tu hogar (aunque tu casa no te guste)?
Cada uno es como es y necesita técnicas diferentes.
Si eres alguien a quien le gusta recuperar antigüedades, y observarlas cada día es evidente que tu hogar necesitará tener estantes, estanterías o vitrinas por todos lados para poder exponer todos tus gustos.
Lo importante es que te también te guste cuidarlas y mantenerlas y que no te quiten tiempo, si no que te aporten tiempo de calidad contigo.
Lo mismo si eres un gran lector y te enamoras de cada libro.
Ahora, para aplicarte una sesión de autodecocoaching debes tener claros tus gustos y valores. Debes saber quién eres.
¿Sobre qué pilares se sostiene ese “Quién soy”?
1- VALORES:
Para empezar tienes que saber cuáles son: Si por ejemplo tus valores más importantes incluyen la libertad, cuidar de la naturaleza, y la sinceridad,
- es evidente que debes vivir bajo el menos es más (minimalismo) y que en tu casa debe haber el menor número de muebles y objetos posibles.
*Ya sabes: quien poco posee, tanto menos es poseído.
- También tendría cierta lógica que reservaras rincones de tu casa a la naturaleza: traela a tu casa. Plantas de todo tipo deben ser tu decoración o cuadros con motivos naturales.
- Por supuesto, tus muebles deberían ser lo más naturales y sostenibles posible.
Simon Dolan, experto y divulgador sobre la importancia de los valores personales, ha publicado numerosos estudios que demuestran que no vivir conforme a tus valores provoca estrés, depresión e incluso la muerte.
Básicamente te puede cortocircuitar el cerebro no actuar conforme a lo que te dices a ti mismo y a los demás que es lo correcto.
- Claramente tu casa no debería representar nunca algo que no eres.
No te pongas una cama con dosel si eres una persona sencilla. No pongas cuadros gigantes con tu retrato si te consideras humilde, porque estaría diciendo de ti algo que no eres.
Esto lógicamente no son matemáticas. Es un a-b-c que va bien para guiarte. Tengo amigas con cuadros gigantes con su retrato decorando su salón — algo que, habitualmente, señala un ego desmesurado— y que son gente sencilla y humilde en el trato.
Esto NO son normas. Son guías que se han estudiado para ayudarte. Selecciona las ideas que te gusten y te sirvan y las que no, las tiras a la basura.
2- PERSONALIDAD: Puedes aplicar el ejemplo del retrato gigante: Si te consideras alguien humilde, no es lógico demostrar lo contrario.
Si eres una persona detallista, deberías tener unas flores, un difusor con aromaterapia, y cierto orden.
Si eres una persona creativa y algo caótica, no se trata de que lo muestres alimentando el desorden, si no por ejemplo, teniendo objetos varios que te gusten y que no peguen en absoluto unos con otros: por ejemplo, sillas de distintos colores o estilos. No busques la elegancia, porque no va contigo. Busca la originalidad propia de un creativo.
Es cierto que suele haber un problema con los valores: no tienes claros cuáles son. Te dan una lista con 200 para que subrayes los 10 más importantes, y cuando acabas, tienes que ponerte gafas de sol para que no te deslumbre el fluorescente.
No solo eso, si no que a medida que tu vida avanza, esos valores cambian. Por ejemplo: Durante años uno de mis 3 valores principales para mí fue la libertad, y ahora la familia me obliga a sacrificar parte de esa libertad en favor de su bien y estabilidad, por tanto, de repente, la familia ha dejado a la libertad fuera de mis TOP 3 valores que rigen mi vida. (Para averiguar más sobre tus valores puede que esta web te ayude: hoyadegualy.com/suscripcion).
3- HÁBITOS Y COSTUMBRES:
No hagas caso a Marie Kondo mientras no seas un minimalista de manual.
Si una de tus costumbes es tomar café italiano para desayunar y después de comer, déjate la cafetera a la vista para no tener que estar guardando y sacando constantemente.
Si es de tu gusto y costumbre cambiar las fundas de los almohadones según la temporada del año, ten un cajón accesible para que suponga una alegría y no un engorro llevar a cabo tu costumbre.
Si tienes el hábito de hacer yoga o meditación en casa, no te cortes y créate tu propio rincón para practicar tu yoga o sesión de meditación con calma.
Si te gusta escuchar música, pon unos buenos altavoces por toda la casa y asegúrate de que los vecinos no van a querer lincharte.
No me gusta mi casa (y es nueva). ¿Por qué?
Es más normal de lo que piensas.
Te compras o te mudas a una casa nueva, y de repente descubres que no es lo que querías. Que tú preferías más exterior, que te pone de mal humor esa columna que te parte el salón, que la mitad de tu casa no tiene luz natural, o que tener una cocina integrada te hubiera dado la vida.
Mira, tu decoración puede reflejarte perfectamente, pero por mucho que te guste la naturaleza es evidente que no todo el mundo puede permitirse una terraza o un balcón. Por muy sostenible que seas puede que no puedas permitirte los muebles handmade y 100% naturales y sostenibles de Kave Home.
Tranquilo. Tranquila. Todos hacemos lo que podemos con lo que tenemos.
Una buenísima opción es buscar muebles de segunda mano. Otra, reciclarlos. Y la tercera es estar atento a las ofertas.
Puede que esto te inspire:
Mira hace poco leí en algún sitio que somos una sociedad de productos terminados, y no hay cosa que más mate la creatividad que los productos terminados.
Si alguna vez has intentado vestir a un niño lo entenderás enseguida:
La madre solo ve un objetivo: niño vestido.
El niño ve infinidad de posibilidades de juegos, desde jugar a que le pilles, hasta ponerse los calzones de gorro. No existe producto terminado en la cabeza de un niño, existe una creatividad sin límites.
Las personas con dinero buscan la comodidad, y poco a poco van matando su creatividad. No saben pensar en una casa para ellos, y buscan la ayuda de un experto.
Las personas que no pueden tirar de expertos, hacen prueba y error hasta que les sale. Ven mil fotos, leen, cometen errores y vuelven a cambiar. Para ser apañado, hace falta profundizar mucho en tu creatividad para salir del paso sin ayuda.
Los platos más buenos y originales que he cocinado han sido producto de mi negativa ante la posibilidad de bajar al súper a comprar. Las ensaladas más buenas que he hecho han sido las mezclas más inverosímiles de restos.
Tu casa no te hará feliz, te hará feliz tu mente. Pon tu casa al servicio de tus pensamientos e ideas y no al revés.
«No me gusta limpiar mi casa»: 3 trucos que NUNCA has visto para dejar de odiarlo
A poca gente le gusta limpiar su casa. Yo lo odiaba. Gracias a Sheldon Copper y al Minimalismo, ahora me gusta. Estos son mis 3 trucos para disfrutarlo:
1- UN SOLO PRODUCTO PARA TODO: Tengo siempre una mezcla natural que preparo en medio minuto: Medio litro de agua, un chorro bien largo de vinagre, una cucharada de bicarbonato y un chorrito de zumo de limón. Esta mezcla es desengrasante, antibacteriana, ecológica y mil veces más barata y efectiva que la mayoría de productos. Lo único que hago distinto es el váter con lejía y los cristales con agua y jabón.
Esta mezcla la uso para humedecer el trapo del polvo, echar en el agua de fregar el suelo y limpiar baños, lavabos, bañera y cocina.
La clave siempre está en simplificar.
2- INVIERTO ESE TIEMPO EN 2 TAREAS, según me apetezca:
- Formación (escucho podcast).
- Solucionar problemas: Sheldon Cooper lo define como un trabajo “donde mi ganglio basal se ocupe con la rutina para que mi corteza prefrontal trabaje en silencio en el problema”. La creatividad es uno de mis valores principales y cuando le has dado tantas vueltas a algo que ya no puedes más, es importante ocupar a tu crebero con tareas sencillas, que requieren cierta concentración pero poca, para que tu cerebro trabaje en silencio por otro lado, sin cansarte.
El propio Einstein descubrió la teoría de la relatividad, mientras trabajaba en una oficina de patentes, aburrido como una mona. Es exáctamente lo que hace el protagonista de The Big Bang Theory: buscar un trabajo aburrido que le lleve poca concentración, y acaba en el restaurante de Penny recogiendo platos.
3. Aprovecho para hacer una especie de MEDITACIÓN con los objetos: En lugar de limpiar las estanterías deprisa y corriendo, me enfoco en leer los títulos de los libros, en recordar las historias, los momentos que hay detrás de cada captura fotográfica… Pensar qué es lo siguiente que puedo hacer con ese molde de bizcocho o esa cazuela para arroces, y en con quién me gustaría compartilos.
¿Qué hace un deco-coach, quién puede serlo?
Un coach en decoración es un interiorista formado como asesor personal.
No se basan en reglas estéticas (en general). Lo que hacen es escucharte, interrogarte sobre tus valores y hábitos de vida y decidir por ti lo que tu casa necesita para que te sientas agusto en ella, en base a lo que le hayas querido contar.
¿En qué se diferencian de un interiorista o un decorador?
Se diferencian de los interioristas en que estos pueden además modificar los espacios abriendo y cerrando huecos y paredes. Normalmente el interiorista tiene además el objetivo de buscar la eficiencia, la salud, la seguridad y el bienestar público según la definición internacional de “diseño de interiores”.
Y de los decoradores en que los decoradores trabajan por ambientes,“crean ambientes”. Los crea
Ninguno de los dos anteriores hacen estudios sobre ti, a no ser que incluyan lo del coaching en sus servicios.
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